viernes, 11 de febrero de 2011


Gerard:
Quizás lo primero que deba decirte es ¡Feliz cumpleaños! Te sorprenderás al leer esto, seguramente, sobre todo por que si llegó hasta ti es porque te lo di personalmente. Cumplir años no es nada fácil, sobre todo cuando uno, si no es feliz, se da cuenta que desperdició un año más. Pero supongo que a ti eso no te pasa. Se te ve radiante de alegría estas últimas semanas.
Lamento haber dejado de hablarte, sabes que te aprecio mucho, ¿verdad? Pero creo que luego de todo lo que hemos pasado lo mejor sería que tomásemos algo de distancia. Volveremos a recuperar la amistad que teníamos, te lo prometo.
Me agrada saber, de algún modo, que hemos dejado atrás las discusiones con las que nos atacamos el último tiempo. Nos distanciamos, lo sé, pero nos prefiero así que peleando continuamente. La gira se acerca y espero tener totalmente recompuestas las cosas para ese entonces.
No te negaré que en un principio me costó entender qué era lo que tenías con John. No entraba en mi cabeza como me habías negado a mí la posibilidad de tener algo contigo y a él se la dabas así, sin más. Sí, supongo que fueron celos. Yo realmente sentía algo por ti Gerard. Para mí las noches juntos eran algo más que encamarnos hasta no tener fuerzas y despertar juntos, agotados y sudados de tanto sexo. Finalmente me resigné. He entendido que jamás llegaré a comprender tu mente y que debo dejar intentar de hacerlo porque es tan solo más tiempo perdido. También he llegado a la conclusión, y veo no se aleja de la realidad, que John es para ti un amigo con el que acostarte, como yo lo fui hace un tiempo. Ese fue mi error, supongo, haber buscado algo más. De todos modos me agrada saber que estás bien con él.
Espero que te guste el regalo, lo mandé a traer de muy lejos para ti. Para que sepas que te tengo presente, aunque no te hable.
La semana anterior, entre cafés e insomnio recordé cuando nos conocimos. ¿Lo recuerdas tú? Allí, en aquel pequeño estudio donde nos cruzamos por primera vez. Cuando te observé… Jamás podré describir la sensación que me causó tu mirada al posarse en la mía. Sé que suena cursi, pero no eres conciente del poder que tienen tus ojos. Son incluso peor que la droga y lo digo con conocimiento de causa. ¿Cuánto tardaste en convencerme para que me cambiase de banda? Casi me vendo yo solito…Sé que casi puedes adivinar la sonrisa en mi rostro cuando recuerdo aquellos momentos. A veces es placentero que me conozcas tanto, pero muchas otras, me asusta.
¿Cuán cercanos fuimos antes de que todo sucediese? No sabes cuanto añoro recordar esos momentos en los que nada nos separaba, en los que las horas se pasaban como si fuesen cortos segundos, en los que pasábamos días entre cafés y largas charlas, en los que no existían silencios incómodos, en donde cualquier gesto, cualquiera fuese, era totalmente normal. Pero no pudimos dejarlo así, tuvimos que continuar experimentando… Quizás esa experiencia ha sido el motivo de la ruptura de nuestra amistad. Probé muchas cosas para olvidar esas experiencias, ¿sabes? Pero entendí que jamás se olvidan cosas como esas, solo aprendes a vivir con ellas. Y aquí me encuentro, aprendiendo a vivir sin ti.
Te amo y confío en que volverás a ser mi mejor amigo.

Xo
Frank.

No hay comentarios: